miércoles, 19 de noviembre de 2008

CONCLUSIÓN

En la actualidad estamos rodeados de violencia y agresión, ya sea verbal, física o psicológica. Por eso considero que la educación debe ofrecer espacios de trabajo para el desarrollo armónico del sujeto, pero esto no tiene que entenderse sólo para cuestiones generales: existen necesidades individuales que requieren ser atendidas en el aula, y en este tipo de cuestiones, en ocasiones, se requiere trabajar con herramientas cognoscitivas y/o afectivas específicas o, quizá, con algunas herramientas que no se trabajan de manera cotidiana en el aula y que el docente puede incorporar no sólo con la intención de atender al alumno que lo está solicitando de forma abierta, sino para el beneficio de toda su clase. La solución no será la de aislar a los chicos que muestran intereses particulares y diferentes (comportándose agresivamente) a los del grupo de referencia, sino aprovechar esta situación para dinamizar la clase y para que estos jóvenes puedan ser considerados como dispositivos para que otros puedan identificar sus fortalezas, y no como sujetos que alteran "el orden" de la clase; cualquier alumno podría involucrarse en situaciones conflictivas leves o violentas.
Toda institución jerarquiza de distinta manera los conflictos: así pues un mismo hecho que para una es simple agresión, para otra es violencia, ésta investigación pretende conocer las razones y causas de las conductas agresivas y violentas de los adolescentes en el ámbito escolar. Pues una vez que la violencia se instala en la escuela es muy difícil de erradicarla. Y de qué manera se podría llegar a regular el comportamiento de los alumnos para lograr una conducta autorregulada.

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